LA ARQUITECTURA

SUSTENTABLE

La arquitectura sustentable ya ha pasado de ser una tendencia vanguardista a una forma natural de construir pensando en el futuro. Y era lógico que tarde o temprano nos diéramos cuenta que no podríamos seguir construyendo como lo hicieron nuestros abuelos, a pesar que lo sustentable si se apoya en muchas buenas “costumbres” de antaño, ni con el derroche y opulencia imitativa extranjera de un país en vías de desarrollo como el nuestro. Todo motivado y casi exigido por el cambio climático, hemos de desembarcar en la internacionalmente denominada “nueva arquitectura sostenible”. Y entonces, ¿Qué es esto?

Primero, diseñar y construir en forma eficiente, tanto pensando en los materiales y nuevos sistemas constructivos, como en el clima, esto conocido como la arquitectura bioclimática. Si se armonizan estos componentes tendríamos edificios y casas con menos gasto energético en invierno para calefaccionarnos y mas gratos espacios en verano. En tanto los edificios en altura tendrían menos requerimientos de aires acondicionados, hoy casi obligados si se quiere vivir en un quinto piso o superior mirando al poniente. Ya hay viviendas en Alemania (con varios grados bajo cero) que tienen un gasto cero en calefacción en invierno, solo aislándose muy bien y construyendo eficientemente. Claro que eso tiene un costo importante inicial, pero eso si se paga a la larga, es decir el concepto eficiencia sobre el de economía.

Segundo, integrar nuevas energías renovables. Caballitos de batalla en esto son los paneles solares para calentar agua caliente y ser usada en duchas y lavaplatos. También a futuro se vienen los paneles solares fotovoltaicos para generar energía eléctrica de apoyo a la convencional y la energía eólica para el mismo uso. Mas visionariamente están las técnicas de pretratamiento del aire calefaccionado por geotermia y los nuevos sistemas de acondicionamiento por bombas de calor, todas tecnologías en pañales en el país, pero entrando con fuerza.

Tercero, reducción del gasto y emisiones dentro de la vivienda, así como el reciclaje de fuentes posibles contaminantes. Aquí vemos como empiezan a emerger soluciones de reciclaje de aguas lluvias, o aguas grises del baño para regar nuestros prados. Sistemas mas eficientes en el baño, la cocina y el lavadero que nos harían gastar menos agua. También sistemas eléctricos mas eficientes y económicos con controles que nos ayuden a apagar mas luces de las que necesitamos y gastamos.

Todo repercutirá a la larga en mejorar la calidad de vida no solo de los ocupantes de los futuros edificios y casas, sino de toda nuestra comunidad, y mas allá aún de todo el mundo, pues detrás de estas economías vendría necesariamente la reducción de contaminantes como el CO2 causante en gran medida del cambio climático que estamos sufriendo. El camino es promisorio, pero algo costoso, no solo para el bolsillo, sino para que entre en nuestra mente, en nuestra cultura. Creo que si pensamos en nuestros hijos la cosa cambia de perspectiva, y se hacemos hoy el esfuerzo en gastar solo lo que logre desarrollarnos sin comprometer la vida de las futuras generaciones seremos parte simbiótica con la tierra, la clave de la arquitectura sustentable, y de la vida misma.