jueves, 19 de abril de 2007

DIDACTICA, LA ESTACA DEL ARBOLITO


Bitácora Nº2 Estrategias Didácticas


La didáctica la defino como el proceso de guía en la formación de un ser humano civilizado. Es decir, somos la parronera del parrón, la estaca del arbolito. Nada más, ni nada menos tampoco sin despreciar estas nobles guías del campo.


Miro a mi pequeñita, Esperancita, de dos años y medio, y me doy cuenta de que la genética juega un papel determinante en nuestro proceso de civilización, pues uno no le enseña a un niño, sino mas bien "despierta" en él lo que ya trae programado en su ácido desoxiribonucleico, pues es increible la facilidad que posee para a tan temprana edad procesar relacionar y generar eventos que, ojo, son todos "absolutamente nuevos" para ella.


Es por ello que adhiero a quienes postulan centrar su atención en el "como" de las cosas, y no tanto en el "que" o en el "porque", pues tiendo a confiar en Dios mas que en el hombre, en el bagage cultural de nuestros ancestros gravados en nuestras celulas madres como anclas en el infinito tiempo y espacio. No desconfiar en ello, pienso, es respetuoso y por consiguiente productivo, pues nos centraremos más en como vivir mejor que en interrogarnos porque vivir mejor!!!.


Las corrientes críticas insertas en la didáctica actual se reconocen desconfiadas de toda intensión por guíar la labor docente, buscando siempre el "interes" detrás (Espacios de Identidad, Tadeu da Silva), pensando me imagino que siempre se trataría de un "oscuro interes". Caso paradigmático es el curriculum por competencias, centrados en modelar profesionales con conocimientos específicos en sus áreas. El oscuro interes sería generar una sociedad mecanizada, en donde nos veríamos como meras piezas de un engranaje sin posibilidad de pensamiento o libertad. Y personalmente creo que eso no es más que la conceptualización simplista de una problemática, típica de los teóricos y retóricos, abundantes en calificar siempre desde una trinchera a todos los que no piensan "razonablemente".


Si nuestra pierna derecha se preguntara cual es la verdadera función de ella, la mas correcta, la mejor y dejara de obedecer al cerebro, ¿que pasaría?. Si como país tenemos más exito que nuestros vecinos no cabe "razonar" que la evidencia es más fuerte que las conjeturas. ¿Es correcto pensar que el 90% de nuestra sociedad se ha ubicado en su que hacer y puesto rumbo al desarrollo?.


¿No nos llama la atención que la mayoría de las universidades e institutos profesionales de nuestro país marchen hacia el curriculum por competencias, y al parecer, los centros filosóficos críticos caminen hacia el lado opuesto? ¿Que distancia existe entre centros del saber y realidad? ¿No deberían estar conectados y uno ser luz del otro?.


Atte.


Celso.

miércoles, 4 de abril de 2007


CONCEPCIONES PREVIAS FRENTE A LA MADERA
Bitácora Nº1, ramo Enfoques y Estrategias didácticas, Magister Educ. Superior.


Quiero aportar al tema de las concepciones previas de nuestros alumnos y estrategias de como desvelarselas.

Construir en madera es hacerlo en "material ligero". Concepción previa muy común entre nosotros y en especial en alumnos de arquitectura y construcción. Y ¡cuanto cuesta sacarsela de la cabeza!. Es algo que ya está esteriotipado en nuestra sociedad de paises en desarrollo, en donde la madera tiene una connotación de economía y casi precariedad. ¿Sorprendería contextualizar que el 90% de las viviendas construidas en los Estados Unidos y Europa son de madera?. ¡Si, de madera!. Con alta tecnología por supuesto, pero tecnología que está a la mano tambien aqui en Chile. El tema es si quiero invertir en una vivienda de madera que dure incluso más que una de albañilería tengo que invertir tanto como una de ella. Pero gano mucho más. Calidez, aislación, diseño, sensación, etc. Es el concepto de "eficiencia", es decir obtener el mayor provecho con el menor recurso, y no el concepto de "economía" que solo es lo más barato. Pero lamentablemente siempre buscamos lo más barato, no lo más conveniente. En todo orden de cosas. Y muchas veces lo barato cuesta caro.

De lo anterior, la concepción previa está muy ligada por una parte a la cultura de la información, o digamos, de la desinformación que nos impregna, caracterizada por la noticia rápida, la mirada por encima, lo superfluo, lo impactante por sobre lo profundo, lo noticioso por sobre lo informático. Y todo eso va creando prejuicios (juicios a priori con información incompleta o erronea). Entonces es un método, y yo diría un deber nuestro, enseñar a nuestros alumnos a observar, más que a mirar, a escarbar, más que a pasar por encima. Uff, ¿será mucho??.

Atte.
Celso.

lunes, 2 de abril de 2007

El temor y reverencia a lo desconcertante

Respecto al impactante episodio número uno de nuestro magister, quisiera hacer un paralelo entre estilos de docencia que bien podría servir como introducción a este blog.
Primero nos encontramos con la clásica bienvenida clase expositiva, que en algo te vincula con lo que haremos durante el magister. Integradora, panorámica, atractiva, yo diría esperanzadora.
Luego del almuerzo (que nunca pensé me caería tan mal) ¡¡¡el choque!!!. El profesor estilo "vaca sagrada" (sin ofender, sino ver este link) , intentando iluminar con su sabiduría en un verborreo inconmensurable de dialectos, que no estoy seguro incluyera el español, poniendo de partida la clara distancia que nos aleja de su olimpo. Eso no pretendió más que imitar tantas clases en los que él seguro quedó cautivado por lo desconcertante.
La iglesia católica está estudiando volver a sus misas en latín, volviendo al oscurantismo de nuestros bisabuelos, que lo creamos o no, tenían que plantarse toda la misa en un idioma que no entendían, y el temor a preguntar de que se trataba todo eso, los hacía reverenciar el culto. Es decir, la prisión de la razón por la fuerza de la ignorancia.
Pero creo que eso no volverá a suceder, y me alegro que algunos valientes se levantaran conmigo y sin importar la inquisición que nos puede venir, alzamos la voz y, pienso inéditamente en una primera clase de magister, se paró la clara intensión de callarnos por la fuerza del temor.

Celso.